Todo líder enfrenta obstáculos, pruebas y tribulaciones. Saúl y David a veces enfrentaron los mismos. Un ejemplo extraído de la Biblia es el de Goliat, el gigantesco filisteo que ofreció luchar contra el campeón de Israel. 1 Samuel 17:23-24. Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.
Saúl, hombres del ejército entre ellos, los hermanos de David y David escucharon el desafío del gigante. Saúl, el principal guerrero de Israel y quien debía enfrentar al gigante, reaccionó y se escondió amedrentado. Todos tuvieron miedo pero David, aun siendo un muchacho, estaba deseoso de aceptar el desafío y ganar la honra para Dios. La reacción de Saúl por el contrario fue ofrecer su armadura a David (¿Por qué no?) ¡El no tenía intenciones de usarla! Mientras todos esperaban para ver lo que ocurriría, muertos de miedo, echándose para atrás, David se levanto y se enfrento al desafío.
1 Samuel 17:26. Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? El resultado de este acto de fe y valentía se describe en 1 Samuel 17:50-51. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.
¿Qué fue lo que preparó a David para llegar a este momento de victoria? ¿Qué lo hacía tener la seguridad de vencer desafíos que a toda evidencia superaban sus capacidades humanas? En una reflexión anterior hago el paralelismo entre ser un buen líder y uno malo, y lo que diferencio a David y Saúl, era que David tenía un corazón para Dios y Saúl no. ¿Podríamos decir entonces qué un corazón para Dios es suficiente, para vivir en victoria? ¿No se necesita preparación, desarrollo de habilidades, disciplinas para hacer nuestro trabajo con ciencia? Nada más alejado de la verdad. Personalmente creo que el corazón para Dios es la base de todo, debido a que nos permite estar sensibles a sus mandamientos, a reaccionar de la manera que lo requiera su voluntad, nos da la humildad para dejarnos forjar por el Espíritu Santo como instrumentos de Dios, nos permite darle importancia al desarrollo de nuestro carácter a través de todas las experiencias de nuestra vida, las cuales Dios usa para formarnos como el líder que él quiere que seamos. 1 Samuel 17:33-37. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.
¿Qué tipo de líderes queremos ser? Los espectadores, o los que se levantan y aceptan el desafío.
Cualquiera sea la responsabilidad que Dios nos haya dado: Líderes de Grupo, ministerio, Diáconos, Pastores, etc. Siempre habrá momentos en las que aparecerán gigantes para ofender a Dios y desafiarnos a que salgamos al rescate de su honor. ¿Cuándo eso suceda que haremos? Actuaremos con la cobardía de Saúl, los hermanos de David y todos los hombres de guerra frente a Goliat, ó diremos como David: 1 Samuel 17:45-47. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
Si eres el tipo de líder que se desanima ante la oposición, que se frustra ante la ausencia de buenos resultados, que se desmorona ante la traición, que echa la culpa a otros o a las circunstancias de sus fracasos, y como resultado abandonas tus responsabilidades, lleno de amargura o decepción. ¡Despierta! y date cuenta que has decidido ser un cobarde espectador. En su lugar puedes ser de los que se levantan y aceptan el desafío. Para tener esta condición, no olvides necesitas como David, un Corazón para Dios (1 Samuel 13:14) que te mantenga conectado a Él, en constante entrenamiento de obediencia y amor.
En una próxima reflexión, pondré en perspectiva algunas de mis observaciones de lo que Dios uso para preparar a David para este momento histórico: «Vencer al gigante» Recuerda: mientras otros son espectadores, Dios quiere que tú levantes y aceptes el desafío.
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